Eine Gruppe von sieben Personen steht auf einer Bühne. Einige der Darsteller tragen schwarze Kleidung, während andere farbige Outfits haben. Im Vordergrund führt eine Person ein Gespräch mit einer anderen, die ein weißes Kleid trägt. Im Hintergrund sind zwei Personen zu sehen, die in neutraler Kleidung stehen. Die Bühne ist mit einem neutralen Hintergrund und sanfter Beleuchtung gestaltet.

ASESINATO O MORALIDAD?

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Los espectadores deben hacerse esta pregunta cuando, al final de la obra, se les anime a votar. Como una declaración, todos los actores del curso de teatro dirigidos por Yasemin Cec se plantan de manera impresionante en el escenario y pronuncian su alegato. Y de nuevo el dedo señalador resulta incómodo, pues el espectador debe decidir: ¿en qué lado de la vida te sitúas realmente?

El curso de teatro se ha servido del texto Sturm und Drang de Schiller para ayudar a plantear preguntas: ¿Qué tan rápido se puede pasar de soñador a culpable? ¿Qué tan fácilmente se desmoronan los valores cuando uno se siente visto como injustamente tratado? ¿Dónde termina la moral y dónde empieza el crimen?

Trata en realidad de una disputa entre dos hermanos, que constituye el centro de la acción. Mientras Karl, el primogénito y por tanto heredero, deambula por los bosques, Franz, el segundo hijo, trama una intriga sobre la sucesión al trono. Influye a su padre para que le quite la herencia. Así Karl desilusionado se deja llevar por las ideas de sus amigos de fundar una banda de bandidos y presta juramento de lealtad. Para acelerar su herencia, Franz decide ganarse el favor de Amalia, prometida de Karl. Envía un mensajero que en un informe falso afirma que Karl está muerto y que su última voluntad sería la boda de Franz y Amalia. Karl debe soportar las intrigas dentro de su banda mientras tanto. Cuando el padre se desmaya, Franz cree haber llegado a su objetivo. Quiere obligar a Amalia a casarse. Karl regresa y reconoce las intrigas de su hermano. Entonces reúne de nuevo a su banda para asediar. ¿Lo que empezó como idealismo termina en violencia o en justicia?

La banda de forajidos de Karl, con un grupo realmente numeroso de actores, que desean ser rebeldes e inconformistas, fue puesta en escena con gran acierto. Cuando el grupo irrumpe en el escenario, se agrupa y se une —defendiendo ideales y derechos— y canta en un tono coral de forma insistente, entonces todos quedan cautivados.

Es impresionante la actuación de todo el elenco, sobre todo un Karl convincente y atormentado interiormente, y un Franz intrigan­te, adicto al poder y que parece volverse cada vez más loco. La simple escenografía funciona: no hace falta mucho si el texto está bien sincronizado y los beats y letras de canciones que acompañan el cambio de escena ayudan: impresionante, logrado, estimulante y entretenido.

Y los bandidos actúan por rabia ante las condiciones y se convierten en criminales. ¿Qué tan fácil es engañar y manipular al ser humano? Ese es el gran tema y sigue vigente. Incluso hoy.

Un informe de Anja Heiligtag

Fotos: Anke Buchholz